martes, 31 de mayo de 2011

Revista Reevolución, nueve años de rescate, valoración y divulgación del acervo histórico de Guerrero

Antonio Díaz

El viernes 15 de abril del 2011 se cumplen nueve años de que se presentara de manera oficial el número cero de la revista de historia, arte y cultura del estado de Guerrero, Reevolución; nueve años de rescate, valoración y divulgación permanente del acervo histórico de esta entidad, lo que le ha valido a este proyecto editorial haber sido incluido en la Enciclopedia Guerrerense que publicó en este año el gobierno del estado.

Estela Díaz Escobar es desde el 2004 la directora general de este medio cultural, quien con su labor de gestión y de trabajo de campo le ha dado solidez a Reevolución, un medio que además del trabajo impreso con 69 ediciones publicadas, tiene en su trayectoria varios cientos de eventos artísticos y culturales que van desde presentaciones de libros, conferencias históricas, exposiciones de fotografía y pintura e iniciativas a favor del desarrollo cultural; primeramente del municipio de Iguala y luego, del estado de Guerrero.

Originaria de Acapulco, Díaz Escobar es cofundadora de este proyecto cultural que se dio por iniciativa del escritor Luis Luna, quien junto con el biólogo Luis Cariño Preciado y el pintor Félix Ocampo Manzanares moldearon y sentaron las bases para lo que a nueve años es ahora, la única revista de historia del estado de Guerrero, tal como lo informa CONACULTA en su catálogo de revistas independientes.

La editora nos recibió en las oficinas de Reevolución, en que se encuentra también la librería de autores guerrerenses de esta editorial y que se ubica en la avenida Vicente Guerrero número 42 en la ciudad de Iguala.

-¿Por qué el nombre de Reevolución y cuál es el significado del logotipo?

-Tanto el nombre como el logotipo son propuestas del compañero Luis Luna; además de significar volver a evolucionar es un juego de palabras que también implica el termino revolución, refiriéndose a una revolución cultural; en lo que respecta al logotipo, es una “R” a modo de caligrafía urbana y una arroba, símbolo de tecnología y modernidad, lo que significa equilibrio y pluralidad.

-Hacia el 2002 la vida cultural de Iguala era dentro de los estándares que se habían venido manejando hasta ese entonces, ¿de qué manera Reevolución contribuye como detonante a un movimiento artístico de mayor impacto?

-De inicio se vuelve un foro multidisciplinario en que escritores tanto de ensayo y poesía, además de investigaciones históricas, músicos, diseñadores, fotógrafos y artistas plásticos tienen cabida y con su aportación enriquecieron el contenido; con la aparición de Reevolución se dio un detonante importante puesto que artistas noveles y con trayectoria al fin contaron con un espacio en donde desarrollar sus ideas. También las actividades culturales desde la fundación de este proyecto han sido parte medular y se lograron conquistar los espacios existentes y aperturar otros propios como el Espacio Cultural Calmecac en que se catapultaron importantes grupos como el de poetas Transgresión y el Colectivo Contracultural Yoalan.
-De qué manera se ha mantenido Reevolución, sobre todo en la cuestión económica, ¿cuentan con un subsidio gubernamental?

-Juan Muñoz Caballero, quien hacia el 2002 era presidente municipal de esta ciudad, financió el número cero, a partir de ahí Reevolución se ha mantenido gracias a la confianza de los patrocinadores, que van desde anunciantes, lectores y suscriptores que han creído en esta propuesta editorial; recientemente se han logrado convenios con algunos ayuntamientos y de esta manera hemos sorteado los embates de ir a contra corriente, a nivel estatal ni René Juárez ni Zeferino Torreblanca tuvieron la sensibilidad de apoyar nuestra propuesta; confiamos en que Ángel Aguirre valore nuestros objetivos y sea el principal respaldo de esta cruzada cultural.

-¿Cuáles considera que han sido las fortalezas de Reevolución para mantener su vigencia?

-La mística de trabajo en equipo y la pluralidad, además de artículos de divulgación histórica bien fundamentados, esto le dado un amplio prestigio y ha hecho de Reevolución una fuente de consulta obligada.

-Actualmente ¿cuál es el alcance de Reevolución y por qué deben seguir confiando sus patrocinadores en esta propuesta?

-Reevolución cuenta con un tiraje de dos mil ejemplares mensuales que se distribuyen de manera estratégica en 11 municipios del estado de Guerrero incluyendo Acapulco, Chilpancingo, Chilapa, Tixtla, Teloloapan y Taxco; contamos con más de 400 suscriptores, el 70% de Iguala y el resto distribuido en los otros municipios; además de ser vinculadores entre la comunidad cultural y los diversos foros de la entidad. Reevolución, Luis Luna y tu servidora hemos sido incluidos en tres entradas de la enciclopedia guerrerense que publicó este año el gobierno estatal, lo que nos obliga a redoblar esfuerzos por ofrecer un trabajo de mayor calidad.

Finalmente nos despedimos de Estela Díaz, quien dijo confiar en que el panorama cultural en Guerrero cambie para beneficio de la comunidad artística y de la población guerrerense; agradeció a los medios de comunicación que han abierto su espacio para la proyección de este trabajo, especialmente a Redes del Sur.



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A cien años de la toma de Iguala

Estela Díaz Escobar

Se disertó la conferencia “Centenario de la toma de Iguala”, por el investigador apaxtlense Crispín Salgado Hernández, acompañando en la mesa de conferencia de Agustín Villa Córdova, nieto del General Francisco Villa, el sábado 14 de mayo justo al cumplirse el centenario de la toma de Iguala, en el Centro Cultural La Pérgola y promovida por Reevolución, revista cultural de Guerrero. A continuación refiero parte esta histórica conferencia:

En 1911 Iguala estaba comunicada a través del ferrocarril con Cuernavaca y la Ciudad de México, esto la situaba como una de las ciudades más importantes del norte del estado y un lugar estratégico para comunicarse con la capital de la República y el resto del país; por otro lado, también era el centro agrícola y comercial más destacado en el periodo del porfiriato. Todo ello hacia que esta población se encontrara defendida por un grupo de Dragones con armamento de calidad y con depósitos de reserva.

Comienzan a llegar a los aledaños de Iguala, los cabecillas y subordinados que operaban en el centro y poniente de la entidad suriana, con el fin de expugnar Iguala, la plaza más importante político-comercial y militar del estado.

Hablar de los 100 años de la toma de Iguala, obliga a hablar de Jesús H. Salgado como figura sobresaliente de esta acción, por lo que para llegar al crucial acto se debe contextualizar, aunque de manera sucinta, el desarrollo de la trama que lo implica.

Jesús H. Salgado, militar revolucionario nació en 1872 en la comunidad de Los Sauces, municipio de Teloloapan y murió en un enfrentamiento armado el 14 de febrero de 1920.

El 14 de mayo de 1911 la toma de iguala fue realizada con dos mil revolucionarios de diferentes fuerzas e ideologías: al Norte Alfonso Miranda y Daniel Miranda con 500 hombres; al Poniente Epifanio Rodríguez, Santos Torres, Basilio González, Gregorio Vicario, Juan Pedro y Rudesindo Abundes.

Por el sur Jesús H. Salgado y Leovigildo Álvarez, el mismo 13 de mayo Ambrosio le pidió al gobiernista O. Carranza entregara la plaza y el jefe que era Damaro F. Ortega quien consultó a Robles en Chilpancingo, este respondió que hicieron lo conveniente, porque sus fuerzas militares eran vencidas por los revolucionarios.
Ravelo Lecuona, cita a Jesús Figueroa Alcocer quien narra cómo fueron las acciones en la toma de Iguala.

“Dura y Sangrienta fue esta pelea en la que el pueblo de Iguala cooperó entusiastamente con los rebeldes; ora señalando las posiciones del enemigo; ora ayudando a la horadación de las paredes para facilitar el avance de los atacantes hacia el centro, quienes con inusitada bravura no cesaban en su avance, tomando posiciones validos de sus bombas de mano y obligando al enemigo a retroceder, hasta que quedaron reducidos al cuartel y a la torre del templo…”

Al medio día los federales empezaban el repliegue hacia su cuartel donde tenían provisiones para una semana y como 50 balas para cada atacante.

“Los federales fueron desalojados del edificio de dos pisos que ocupaban las oficinas del Banco de Guerrero. Se vieron en aprietos los defensores y como la superioridad numérica de los atacantes era manifiesta, el mayor Ocaranza creyó pertinente… ordenar el toque de suspensión de fuego… como a las 12 del día.

“Martín Vicario y los señores Miranda dejan precipitadamente la casa de don Alberto Posada y se abalanzaron sobre el cuartel gobiernista… fueron rechazados por treinta hombres del mayor Dámaso Ortega… sufrieron la perdida de ocho correligionarios… entre los que se encontraban el coronel maderista Miranda”.

En este hecho Ravelo Leucona sigue argumentando que fueron los pronunciados de Tierra Caliente quienes sobresalieron, en este combate, siendo los más aguerridos y tomaron prisioneros a los gobiernistas y tomaron el botín de las buenas armas, pero 8 fueron muertos sorprendidos por el enemigo.

Los gobiernistas suspendieron las hostilidades a los 3:30 de la tarde se rindieron ante el jefe de la operación Rómulo Figueroa, los federales sufrieron 63 bajas, y sesenta de los revolucionarios.

Se recogieron mil fusiles y 10,000 cartuchos y 200 caballos y 44 heridos entre ambas fuerzas, en un lugar cercano a Iguala llamado Tejería, se encontraba Ambrosio Figueroa con 800 hombres, por si era necesario un contraataque.


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La siempre reaccionaria Puebla y su importancia en el triunfo del juarismo

Ricardo Infante Padilla

Puebla junto con Querétaro, Guanajuato y Morelia son quizá las ciudades más conservadoras del país; sin embargo fueron especialmente significativas en los triunfos liberales que afianzaron el gobierno de Juárez y terminaron con las aspiraciones de los conservadores y la intervención extranjera.

Por ser este mes de mayo especialmente significativo por el triunfo que el día 5 del mismo, allá en el lejano 1862, obtuviera el ejército republicano, comandado por un general de origen texano (de cuando Texas era México); para más dato, nacido en Bahía del Espíritu Santo, cuyo nombre todos sabemos: general Ignacio Zaragoza, habilísimo militar que con muy escasos recursos y en un ambiente totalmente hostil –como era la sociedad poblana de aquel entonces- , triunfó sobre un arrogante y tonto militar, miembro de la aristocracia francesa quien ostentaba el título de “El Conde de Lorencez”.

La historiografía postrevolucionaria a partir del gobierno obregonista publica una serie de textos, en donde simplemente se borra a un hombre que hasta entonces había tenido una trayectoria política y militar inmaculada, y que es quien da el golpe de gracia a los franceses: me refiero al general oaxaqueño Porfirio Díaz Mori, cuya trayectoria como militante liberal empieza con la Revolución de Ayutla y termina con un golpe de estado a Lerdo de Tejada en 1877; pero durante veintitrés años fue quizá el más espectacular y exitoso de los generales mexicanos, pues González Ortega, el famoso héroe de Calpulalpan, quien triunfa sobre Miramón dando por terminada la Guerra de Reforma tiene una trayectoria militar poco exitosa durante la intervención, y francamente desastrosa desde el punto de vista político, con lo que Porfirio Díaz y su famosa carga de caballería el 5 de mayo, así como otras hazañas que comentaremos, se convierte en pieza fundamental aquel día, que además de un éxito imprevisible desde el punto de vista militar, le da al gobierno juarista un año para organizar y planear su estrategia que al final conferiría la victoria a las armas liberales.

Para 1863 Puebla es sitiada por los ejércitos conservador mexicano y francés y elementos de tropa belgas y austriacos, quienes ocupan la ciudad que es defendida por González Ortega y Porfirio Díaz, pues desgraciadamente el general Ignacio Zaragoza había muerto de una fulminante tifoidea. Las tropas mexicanas se defienden como gato boca arriba, pero la superioridad numérica y de armamento no les permite resistir los embates de un ejército comandado por un militar profesional: el general Aquiles Bazaine, mismo que había sustituido al mediocre Lorencez ante su patente incapacidad. El sitiador de Puebla a la postre encontrará que su éxito militar y la resistencia de los sitiados servirán para que se le acuse en 1871 de traidor y cobarde, pues durante la Guerra Franco-Prusiana se rinde a los alemanes en la fortaleza de Sedán, sin disparar un solo tiro, a pesar de que la citada fortaleza estaba formidablemente artillada, ante lo cual Napoleón III lo destituye, lo acusa de traidor y de cobarde y le espeta “¿no aprendió usted en Puebla cómo se defiende una plaza?”

Los mexicanos negocian una rendición, previa destrucción del armamento. Bazaine accede y son inutilizados los cañones y destrozados los rifles, volados los polvorines y destruido todo el material que pudiera servir a las tropas conservadoras e intervencionistas. Los prisioneros son trasladados a Veracruz para ser enviados a prisiones en Francia y en Cayena; sin embargo, tanto los generales Porfirio Díaz como González Ortega, así como otros miembros de la oficialidad aprovechan lo escarpado de Acutzingo para escaparse y reincorporarse a la lucha.

Cuentan los que ahí estuvieron, que a pesar de la terrible influencia del obispo Pelayo Labastida y Dávalos, por entonces máximo jerarca del catolicismo en Puebla, algunos miembros de la sociedad organizan hospitales de sangre y cierto apoyo en alimentos y agua para los soldados republicanos. Desde luego, este hecho se genera más por caridad que por convicción, pues los poblanos posteriormente recibirían a los intervencionistas y a los conservadores como reinstauradores de los valores del conservadurismo.

Puebla siempre ha sido así. Desde las monjas que halagaron a Iturbide inventando los chiles en nogada, pasando por el criminal Gustavo Díaz Ordaz y últimamente con ese nefasto pederasta llamado “el gober precioso”; la actitud de esa parte de la población nacional siempre ha sido muy similar a pesar de la encomiable hazaña y el valor mostrado por las tropas zacapoaxtlas, nativas de aquella región, que fuera del catolicismo no tienen nada en común con el ambiente cultural, político y económico de los habitantes de la ciudad de Puebla.

De paso, cabría recordar que fue la actitud dubitativa y pusilánime que en algún momento rayó incluso en la traición, y que generó la Guerra de Reforma, producto de otro poblano: Ignacio Comonfort, quien no sabía si ser católico y conservador, seguir los consejos de su mamá –ferviente seguidora de Labastida y Dávalos-, o cumplir con sus deberes para con la Revolución de Ayutla y la Constitución de 1857 como presidente de la república. Este personaje, aunque aliado de don Juan Álvarez en un principio, al triunfo de los republicanos liberales y su establecimiento en Cuernavaca durante la presidencia del general Juan Álvarez Hurtado, causó infinidad de problemas por su pugna entre los liberales puros –como era el caso de Melchor Ocampo, Benito Juárez, Lerdo de Tejada y otros- a quienes repudiaba por su radicalismo, siendo el caso que Melchor Ocampo apenas sí dura en el cargo quince días y renuncia para evitar el divisionismo en el gobierno del general Álvarez, legándonos un esclarecedor texto intitulado “Mis quince días de ministro”. Posteriormente Melchor Ocampo sería asesinado después de la Guerra de Reforma por un grupo conservador que lo secuestra delante de sus hijas.

Comonfort, quien había sido nombrado ministro de la guerra genera tal presión y descontento que don Juan Álvarez es el segundo en renunciar en un afán por mantener la unidad en el recién nacido gobierno liberal. Comonfort es nombrado presidente de la república, e inmediatamente inicia relaciones con los grupos más reaccionarios del ejército, encabezados por Zuloaga, y al término de los trabajos de la Constituyente de 1857, y viendo signado y jurado la Constitución, la desconoce por –según él- inaplicable, se incorpora a un autogolpe de estado de corte conservador llamado el Plan de Tacubaya, y de paso aprisiona a quien por su cargo de presidente del tribunal superior de justicia de la nación, hacía las veces de vicepresidente de la república; me refiero al Lic. Benito Juárez García, quien es hecho prisionero en el mismo palacio nacional hasta que Comonfort se percata de que los conservadores lo utilizaron, mas aquellos sabían que era un hombre dubitativo y poco confiable y que además el que “chaquetea de un lado chaquetea del otro”, frase conocida desde tiempos de La Colonia, que no significa otra cosa más que: el traidor y el cobarde siempre están dispuestos a cambiar de bando. Por cierto, y como dato complementario, cabría recordar que Benito Juárez e Ignacio Comonfort eran compadres, lo cual quizá evitó que Juárez fuera fusilado por Zuloaga.

Los conservadores no estaban equivocados, Comonfort, como de costumbre dio marcha atrás, renunció a la presidencia de la república, liberó a su compadre Juárez, quien por mandato de ley se constituyó en presidente sustituto legándonos una historia dramática pero exitosa. Comonfort fue perdonado por su desliz reaccionario y se reincorporó al ejército republicano, y al regresar a la ciudad de Puebla, para demostrar su lealtad, ya para entonces muy en duda, desoyó los consejos de su mami y reprimió todos los intentos reaccionarios, especialmente los del clero, por oponerse al gobierno juarista.

Puebla de nuevo vuelve a ser fundamental en los resultados políticos y militares de aquella época. Esta circunstancia se debe a un hecho geográfico, Puebla se encuentra en el camino entre Veracruz –principal puerto de México desde tiempos de La Colonia- y la ciudad de México. Esta ruta lo mismo era de escape que de invasión desde tiempos de Cortés, y también era la ruta de tránsito económico más importante del país, y posiblemente de España durante la época de la Colonia. Así, el 2 de abril de 1867 el general Porfirio Díaz a la cabeza del Ejército de Oriente toma la ciudad de Puebla a sangre y fuego, Maximiliano, Miramón y Mejía serían tomados prisioneros y fusilados en la ciudad de Querétaro. Paradójicamente, dos entidades proverbialmente reaccionarias marcaron el finiquito de la intentona conservadora.

Después del triunfo del 2 de abril, Porfirio Díaz entró a la ciudad de México sin disparar un tiro. Los chilangos de estirpe reaccionaria, aunque habían previsto una defensa armada, finalmente cayeron en la cuenta de que enfrentar a Díaz sería una verdadera masacre, y que muerto el emperador, viva el presidente, y aquí no había pasado nada.

Porfirio Díaz ordena se busque en todos lados a los más insignes traidores que se habían escondido en la ciudad de México, principalmente al furibundo homicida, general Leonardo Márquez, que emulando la actitud de las ratas y las cucarachas logra escabullirse escondiéndose en los más recónditos lugares, finalmente logra escapar, y así, el más sanguinario de los generales conservadores desgraciadamente, muere de viejo. Sin embargo, Díaz no se queda con las ganas y captura al neolonés Santiago Vidaurri, aquel que traicionó a los de Ayutla y también a Juárez y hasta intentó matarlo, que en forma por demás estúpida, en lugar de huir a sus querencias del norte se oculta en la ciudad de México donde es capturado y pasado por las armas. Poco tiempo después Porfirio Díaz encabeza el contingente que entrega las llaves de la ciudad al presidente Juárez y la parada militar que acompaña al nativo de Guelatao hasta el palacio nacional. Díaz le entregaba el poder a su antiguo maestro del Instituto de Artes de Oaxaca, quien fuera también su dirigente político en la misma entidad, posteriormente intentaría derrocar a Juárez, cosa que algún día comentaremos.

Y así, Puebla, sin quererlo ni propiciarlo, y quizá hasta lamentándolo en tres ocasiones figuró como una ciudad de especial significación en aquellos años de lucha y afianzamiento de nuestra independencia y nacionalidad. De seguro los miembros de la aristocracia poblana hubieran preferido seguir siendo súbditos españoles o franceses, que ciudadanos mexicanos.

Pero, a pesar de todo, hemos de recordar algunos hechos que significan a esa entidad:

Uno, es un hecho poco comprobable históricamente y es que “los ángeles mismos” colocaron las campanas en la catedral de Puebla. El otro, es que una princesa, presumiblemente de origen hindú que por extraños motivos llegó en la Nao de la China a la Nueva España se convirtió en la china poblana, aportando a la cultura nacional la vestimenta que suponen ser el traje típico de las mujeres mexicanas, aunque como sabemos el citado traje fue más promovido por las cantantes folclóricas y el cine nacional que porque verdaderamente las mujeres mexicanas lo usaran.

Tres aspectos culinarios nos remiten inevitablemente a Puebla: el mole poblano (aunque según todo mundo es mejor el de Teloloapan), los chiles en nogada (obsequio a Iturbide como ya dijimos, rememorando la bandera trigarante), y las cajitas de camote de diferentes sabores, aunque como todos sabemos suele ser embarazoso que lo agarren a uno tragando camote.

Finalmente, tres hechos históricos que ya relatamos: la famosa batalla de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, el sitio de Puebla de 1863, y la Batalla del 2 de abril de 1867, fundamental éxito militar del general Porfirio Díaz.



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Pablo Sandoval Cruz y “Camino al Socialismo”

Ernesto Ortiz Diego

Para ubicar el tema del Socialismo que escribió el doctor Pablo Sandoval Cruz, en su libro más reciente “Camino al Socialismo”, Carlos Marx lo escribió en el histórico prefacio a la contribución a la crítica de la economía política en 1859, en el que Marx condensa las ideas fundamentales que caracterizan su concepción materialista de la historia.

El pensamiento ideológico y político del doctor Sandoval Cruz, me lo imagino como el de Ricardo Flores Magón, precursor de la revolución mexicana al igual que el del maestro Ignacio M. Altamirano. El médico y luchador social, nacido en el histórico Acatempan en 1918, también ha practicado el periodismo crítico como lo hicieron en su tiempo, Altamirano y Ricardo Flores Magón, porque eran líderes independientes, autónomos, intelectuales orgánicos (como decía Gramsci), su único compromiso era con el proletariado de su tiempo, para usar la expresión de Carlos Marx.

Difícil tarea de reseñar en algunos cuantos minutos los 25 capítulos que le dan forma y contenido al libro “Camino al Socialismo”, de la autoría de Don Pablo, nombre que lleva el santo de su pueblo, pero que él, dice, no es ningún santo. Siempre congruente con sus ideas y sus hechos, el autor, en la segunda solapa de su libro, prometió que las presentaciones de su texto serían en los poblados donde la gente humilde le dio su corazón y él les dio su cerebro y su corazón.

En grandes pinceladas el autor en 300 páginas, con los comentarios de don Ricardo Infante Padilla; relata sus vivencias a partir de cuando fue candidato a gobernador de Guerrero por la Unidad Popular Guerrerense (UPG) en 1986, al enfrentarse con José Francisco Ruiz Massieu, del PRI, representante del neoliberalismo en Guerrero. Reseña después cómo conoció a los dos guerrilleros más importantes de nuestra era moderna, Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas.

Posteriormente, las enormes expectativas y la gran decepción que provocó Zeferino Torreblanca Galindo como candidato y gobernador de Guerrero, postulado por el PRD y Convergencia. El Caso Aguas Blancas y la Refundación de la República. La legendaria y primera diputada federal de izquierda Macrina Rabadán (a quien conocí en su campaña desde niño en mi pueblo, la tierra de mi madre, Soledad Diego Radilla, DEP, Cahuatitán de las Flores, municipio de Coyuca de Benítez), la única legisladora guerrerense que apoyó el Movimiento Social del 60; por cierto, pronto el diputado Efraín Ramos Ramírez, coordinador parlamentario del Partido Convergencia presentará una iniciativa de Decreto para inscribir en el Muro de Honor del Congreso del Estado y así honrar la memoria de Macrina Rabadán y Benita Galeana, dos mujeres revolucionarias y de ideas avanzadas.

La Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero no podía faltar, que le otorgó por primera vez la “Medalla Sentimientos del Pueblo 2007”, la que tiene mayor valor moral, no la que otorga la burocracia política, contrariamente al pensamiento de Morelos, pues es un evento de corte burgués. En relación a Tixtla (su segunda patria del doctor Sandoval Cruz), escribe sobre la Normal Rural de Ayotzinapa; también dos familias tixtlecas, Salgado Valdez y Rodríguez Mera; por supuesto la toma del ayuntamiento de Tixtla el 2 de enero de 1990, debido al fraude electoral cometido por el PRI, el 3 de diciembre de 1989.

Finalmente, de los 25 capítulos, hay dos que no fueron escritos por el autor, sino por uno de sus nietos, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, un discurso para honrar la memoria de su padre, Pablo Sandoval Ramírez, quien estableció un hito en la historia de la Cámara de Diputados Federal, al presidir la primera legislatura de oposición de izquierda en el país, la LVII. Asimismo, el capítulo XVII, escrito por Pablo Sandoval Ramírez, titulado “Susana Ramírez Meneses”, con el epígrafe “¡Oye a los tlacololeros, que triste pitando van!”, del poeta de todos los tiempo, Rubén Mora Gutiérrez, nacido en Cuautepec, quien fuera profesor de Pablo y mío, en el Colegio del Estado y de muchas generaciones de estudiantes guerrerenses; el capítulo XVII, repito, es un sentido homenaje póstumo a la primera esposa de don Pablo con quien procrearon cinco hijos: Luis, Jesús, Cuauhtémoc, Susana y Pablo Sandoval Ramírez, en paz descanse. El interludio fue a cargo del compositor tixtleco, don Jesús Castrejón, con sus corridos de protesta.

Suplemento Guerrero Cultural del Periodico Pueblo Guerrero

Presentarán el libro “Camino al socialismo”

Martes 31 de Mayo de 2011 09:54 María Reyes Alonso

La agrupación pro instituto de la cultura de Tierra Caliente confirmó la presentación del libro “Camino al socialismo”, del luchador social Pablo Sandoval Cruz.

La presentación está programada para el viernes 3 de junio a las 18:00 horas, en el Club Rotario de esta ciudad.

Con la participación artística de Manuel Aguirre y Carmelita Sandoval se desarrollará el programa de presentación y la firma del libro.


Según el programa, primero se dará la bienvenida a Sandoval Cruz y se narrará su biografía de forma breve.

En el segundo punto, el enfoque histórico y social de Guerrero estará a cargo del comentarista Bolívar Ochoa Díaz. Posteriormente, la trayectoria y contribución social en Guerrero de Sandoval Cruz estará a cargo de Gregorio Urieta. La transcendencia histórica del socialismo será explicada por Jorge Salvador.

En este libro, Pablo Sandoval plasma su labor a favor de la democracia en un estado que se caracteriza por su ancestral atraso y violento tratamiento que el gobierno da a los que se atreven a desafiarlo.

La obra narra la vida de un joven promotor de la educación con principios socialistas impulsada por el general Lázaro Cárdenas.


El Debate de los Calentanos, 31 de mayo de 2011

lunes, 30 de mayo de 2011

Se integrará el Fuerte de San Diego a la tercera Subred de Museos del INAH

Karla Galarce Sosa


El director del Museo Histórico de Acapulco Fuerte de San Diego, Víctor Hugo Jasso Ortiz, informó de la integración de la Subred de Museos número tres del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), integrada por los estados de Guerrero, Morelos y Oaxaca.

Entrevistado en la fortificación, el diseñador industrial y museógrafo explicó que la finalidad de la integración de subredes es facilitar la comunicación entre museos, interactuar y apoyar a los integrantes de éstas y, tener un mayor intercambio de experiencias e ideas.

“Esta es una oportunidad para que los museos vecinos, más allá de las relaciones personales entre directores o curadores, compartan experiencias y fortalezas; además de que se conocerán los canales mediante los cuales los integrantes de la subred resuelven actividades como la integración de sus inventarios, el mecanismo en que mantienen la museografía, al mismo edificio; cómo ofrecen sus servicios educativos e implementan la seguridad, tanto en actividades cotidianas como en el desarrollo de actividades extraordinarias”, dijo Jasso Ortíz.

Otra de las finalidades de la integración de la subred, continuó, será “realizar exposiciones itinerantes, como propuestas de cada estado en exposiciones que aborden la arqueología e historia de su entidad para integrar, e integrar el circuito itinerante en los museos en las diversas regiones”.
Abundó que en suma se trata de cuatro subredes, la primera está integrada por los museos de Zacatecas, Durango, Coahuila y Aguascalientes; la segunda está compuesta por Puebla, Tlaxcala e Hidalgo; la tercera la integran Guerrero, Morelos y Oaxaca; y la cuarta Yucatán Campeche y Quintana Roo.
Indicó que los integrantes de las subredes se reunirán cada tres meses y en las reuniones se discutirán aspectos como la museografía de los lugares, las exposiciones que se ofrecerán a los visitantes, el mantenimiento del edificio, servicios educativos y la seguridad.
“La integración de esta subred fue por instrucciones de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones y con ello se busca un mayor contacto entre museos vecinos porque esta subred podrá vincularse con los museos de todas las entidades que le circunden.”, detalló.

Finalmente, informó que en la reunión participaron la directora del Museo Regional de Guerrero, Maura Liliana Ortíz Carrasco; el encargado de la zona arqueológica Soledad de Maciel, Rodolfo Lobato; la directora del Museo William Spratlin, Wendy Morales Quaas; el director del museo de sitio de Monte Albán, Osiel Osvaldo Sánchez Flores; el director del Museo de las Culturas de Oaxaca, Enrique Franco Calvo; el director del Museo Regional Cuauhnáhuac, Juan Contreras de Oteyza; el director del Museo de Sitio de Cuautla, Carlos Barreto Mark; la directora del Ex Convento de Tepoztlán, Marcela Tostado Gutiérrez; la directora del Jardín Etnobotánico, Lisandra Salazar Goroztieta; la coordinadora Nacional de Museos y Exposiciones, Lourdes Herrasti; y él mismo como director del Fuerte de San Diego.

El Sur, 29 de mayo de 2011

Las dos muertes de Juan R. Escudero/ VII

PACO IGNACIO TAIBO II

La tercera escena alcohólica la protagonizó el eterno mayor Flores, que le echó los soldados encima a Felipe Escudero mientras se encontraba oyendo una serenata. Después de haber sido fuertemente golpeado, Felipe, que se había convertido en el indiscutible sucesor de Juan en las calles del puerto, fue encerrado en los resguardos de la aduana marítima.

Juan B. Izábal, el jefe de aduanas, comprado por el oro de los grandes comerciantes, a los que serpia haciendo los ojos chicos ante el contrabando, se había convertido con Flores en el peor enemigo del escuderismo acapulqueño. Desde julio de 1922 retenía el dos por ciento de los ingresos de la aduana que por ley le correspondían al Ayuntamiento. E. Lobato, actuando como presidente municipal, se quejó en octubre amargamente ante Obregón en un telegrama, señalando que se buscaba estrangular económicamente al Ayuntamiento.

Durante los últimos días de noviembre se intercambiaron telegramas entre Lobato, Obregón y el ministro De la Huerta (del que dependían las aduanas) hasta que Izábal hizo explícita su opinión en un telegrama a Obregón:

Considero a Juan y Felipe Escudero peores enemigos del gobierno sin valor levantarse en armas. Mismo opina jefe de operaciones de esta. Ayuntamiento manejan dichos individuos no tiene personalidad por negación amparos suprema corte de justicia en 22 septiembre próximo pasado contra actos Congreso que desconócelos […] Hermanos Escudero durante presente año pretextando temer por su vida han pedido cuatro veces amparo contra actos de Vd.

El telegrama culminaba preguntando si debía hacer entrega de los fondos a Felipe Escudero, tesorero municipal.

Obregón se tomó un solo día para responder y ordeno a Izábal que no entregara los fondos.

En esos mismos días, el POA vuelve a triunfar en otra contienda electoral: Santiago Solano vence como candidato propietario a diputado por el distrito electoral de Acapulco al Congreso local, y Juan R. Escudero, como suplente, con más de dos mil setecientos votos. Uno de los hermanos Vidales ganó representando al POA la presidencia municipal de Tecpan y el partido triunfó en Tololapan, aunque un fraude organizado por los caciques logró impedir que tomaran el poder.

Por fin, en la primera semana de diciembre se presentan las esperadas elecciones para restablecer un Ayuntamiento legal en Acapulco; Juan Escudero encabeza la lista de regidores que propone el POA y asiste a los actos de su organización en silla de ruedas. Dicta sus discursos y hace que los muchachos que lo acompañan lo ensayen frente a él, y luego los pronuncian en público ante su mirada atenta.

Extraña estampa bajo el sol de invierno de Acapulco la de ese hombre paralizado del lado izquierdo, con el brazo derecho amputado, sentado en una silla de rueda, con un adolescente al lado, subido en un cajón, que habla por él, y a su espalda una joven costeña (Anita Bello) con una escuadra calibre 32 entre la falda y la blusa de encaje.

Extraña estampa, la del hombre que afirma cabeceando sus propias frases en la boca de los niños, que pronuncian, siempre bajo el estribillo de “Juan dice”, un discurso incendiario que promete el fin de la justicia en el paraíso corrompido.

Y Juan Escudero vuelve a ganar las elecciones para la Presidencia municipal de Acapulco, derrotando al progachupín y traidor Martiniano Díaz.

El 7 de diciembre los militares salen por las calles tratando de provocar a los triunfadores. Pero la población les hace el vació. El primer día del año 1923 Escudero es nombrado presidente municipal. Levantando el muñón derecho y con unas frases ininteligibles arrancadas a fuerza de emociones a la garganta paralizada, Juan R. Escudero rinde la protesta como alcalde del puerto, La sesión solemne se celebró a las once de la mañana en la propia casa de Escudero que se convirtió en sala de cabildo. El acta levantada registra: Juan R. no pudo firmar “por imposibilidad momentánea”.

En marzo de 1923 murió Francisco, padre de los Escudero, que había estado sometido a grandes tensiones a lo largo de la azarosa carrera política de sus hijos, presionado por sus paisanos, con los que había tenido que romper relaciones, y destrozado por el atentado contra Juan y las múltiples amenazas de muerte que habían recibido Francisco y Felipe.

En los recuerdos de un viejo escuderista aparece la reseña del juramento que Juan realizó en su media voz de lisiado ante la tumba de su padre:

Compañeros en la vida/ compañeros en la muerte/ las frases que hoy dirige mi garganta/ son las frases que mi padre os virtiera/ si en esta hora para nosotros santa/ Dios a la vida lo volviera./ Herido el corazón nos deja con orgullo este suelo/ donde compartió la mitad de su vida/ amando a sus hijos/ y al Dios de los cielos ( en eso le dio como un vahído y nada más alcanzó a pronunciar: “adiós padre venerable/ descansa en paz” y azotó desmayado por el ataque).

Juan R., muy afectado, tuvo que dejar la Presidencia municipal en manos de Cirilo Lobato y de Ernesto Herrera. El mayor Flores, por su parte, enfrentaba desde el inicio del año la insurgencia campesina que se había desatado en la costa. El 18 de enero desarmó a la policía de La Sabana y amenazó con ir con las fuerzas de la guarnición sobre el Palacio Municipal de Acapulco. Cuatro días más tarde, Escudero telegrafiaba a su amigo Adolfo Cienfuegos, que vivía en la capital, pidiéndole que tratara de intervenir cerca del presidente de la República para impedir una nueva agresión como la del 11 de marzo del año anterior.

Sin embargo, Flores no atacó el palacio, sino que se desplazo hacia las zonas agrarias donde el POA tenía una nueva base de sustento. En palabras del agrarista Francisco Campos Flores:

Comenzó a recoger armas y licencias municipales de todos los campesinos de la región de Acapulco hasta la Unión de Montes de Oca, así como el parque que encontró. Una vez que había hecho la requisa de armas de los campesinos, se radicó en Tecpan de Galeana e, inventando un probable levantamiento, hizo prisionero en San Luis de la Loma al señor presidente municipal de Tecpan, don Amadeo Vidales […]; estse señor es un comerciante honorable que paga los mejores precios de ajonjolí, de algodón y lo odian los españoles porque dicen que les ha ido a descomponer el negocio […]. Dada esta explicación queda de manifiesto que el mayor Flores está puesto en esa región para salvaguardar los intereses españoles, pues hizo un cargo de rebelión al señor Vidales.

Flores prosiguió con sus correrías en la zona, y el 10 de marzo, acompañado de las Guardias Blancas de los caciques, asesinó a Lucio de los Santos Vargas, presidente del Comité Agrarista de San Luis de la Loma diciéndole: “¡Ten tu tierra, hijo de la chingada!”, cuando pedía que no lo acabara de matar. Flores actuaba en defensa de los intereses del latifundista español Ramón Sierra Pando.

En el puerto, Regeneración estaba sometido al acoso de multitud de periódicos financiados por los comerciantes gachupines. Desde las páginas de El Suriano, dirigido por Muñúzuri; El pueblo, dirigido por H. Luz; El Rapé, de Reginaldo Sutter; El Liberal, de Carlos Adame, y El Fragor, de Domingo González, se bombardeaba a la administración municipal acapulqueña y se hacían elogios a las “fuerzas vivas” de la región que habían “levantado Acapulco de la miseria”. Entre las calumnias más repetidas estaba la de señalar a los Escudero como promotores de una rebelión militar en proceso de organización.

Conforme el año avanzaba, las tensiones crecían. Felipe y Francisco Escudero esperaban en cualquier momento que se produjera un atentado contra alguno de ellos. Felipe, como tesorero municipal, se veía obligado a recorrer las calles del puerto, y lo mismo le sucedía a Francisco, que trabajaba en el despacho de rentas del distrito. Gómez Maganda recuerda:

En los últimos meses de 1923, ambos recorrían el diario camino, armados de pistolas y en la diestra un rifle calibre 44. Algunas veces cuando Felipe iba a diligenciar una solicitud de amparo al juzgado de distrito, me encargaba durante ese tiempo su carabina, diciéndome: “Si los enemigos vienen en plan de ataque ¡dispara! Si no sientes miedo; pero en caso contrario, corre a donde estoy y entrégame el arma”.

Las provocaciones de los militares eran frecuentes. El 29 de agosto hacia las nueve de la noche, el subteniente Castellblanch y el cabo Linares habían golpeado y amenazado de muerte a dos miembros del POA en el Jardín Álvarez. Cuando un día más tarde el Ayuntamiento los multó por estos hechos se presentaron junto con la pandilla de Otero y estuvo a punto de armarse en el Palacio Municipal un tremendo zafarrancho.

Así llego el 16 de septiembre, fecha en la que so pretexto de la celebración de las fiestas patrias, Juan R. lanzaba incendiarios discursos contra el régimen colonial español aún viviente en Acapulco. El año anterior, a pesar del reciente atentado, había “hablado por boca de sus ayudantes” en un acto en el que por primera vez la comuna de Acapulco celebró las fiestas patrias in ningún tipo de subvenciones de comerciantes. Este año era especial, y Escudero, apoyándose en su “voz” (Alejandro Gómez Maganda) lanzó un discurso más fogoso aun que los de costumbre. Si la tensión era tremenda en el puerto, en las zonas agrarias no lo era menos. El vicecónsul norteamericano informaba a Washington: “Corren rumores de que un levantamiento antiagrarista está por estallar en la Costa Grande con centro en Atoyac”.

El 10 de noviembre el mayor Flores, en complicidad con el alcalde de Atoyac, había asesinado al líder agrarista Manuel Téllez, y para encubrir su acto acusaba a Escudero ante el gobierno de estar promoviendo guerrillas armadas en la zona.

Iniciándose el mes de diciembre, los acontecimientos nacionales comenzaron a eslabonarse para crear el marco en el que se produciría la tragedia de Acapulco. El día primero el general Figueroa se levantó en Guerrero supuestamente enfrentando al gobernador Neri y no al gobierno central, pero actuando en realidad como punta de lanza de un alzamiento de generales que llevaban como bandera al candidato a la Presidencia Adolfo de la Huerta. Pocos días después siguió el general Guadalupe Sánchez en Veracruz. El día cinco de diciembre Juan R. escribió al coronel Crispín Sámano, jefe de la guarnición de Acapulco y envió una copia de la carta al gobierno federal. En la misiva, informaba al militar que sabía que los hermanos Osorio estaban armados y rondaban el ayuntamiento y que pensaba que el traidor Ismael Otero podía provocar un motín lo que sirviera de pretexto para enfrentar al POA con los militares. Sámano ignoró la carta, pues además de estar comprometido con la futura rebelión, tenía nexos con los comerciantes gachupines del puerto que pedían la cabeza de Juan R. Escudero.

La Jornada Guerrero, 29 de mayo de 2011

martes, 17 de mayo de 2011

Con una marcha de Tlapa a Alcozauca, rinden homenaje a Othón Salazar


Familiares y amigos del legendario líder piden a Aguirre Rivero que gobierne apegado a los principios de de izquierda

Un grupo de amigos y familiares del legendario líder de izquierda Othón Salazar Ramírez, llevaron a cabo una caminata de Tlapa a Alcozauca, para hacerle un homenaje con motivo del Día del Maestro y de su cumpleaños.

El maestro Othón que murió hace dos años y medio, fue dirigente del movimiento magisterial del 58 y 59 del siglo pasado, fundador del Movimiento Revolucionario del Magisterio, dirigente de La Montaña y presidente municipal de Alcozauca, que fue el primer municipio del país en ser gobernado por el Partido Comunista.

A la caminata asistieron la hija de Othón, Ninel Salazar; la que fuera su esposa, Eva Bazán; Nicolás Néstor y Felipe Vivar, dirigentes indígenas de Alcozauca y Carlos Toledo Manzur, secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren), entre otros.
El contingente salió de Tlapa a las 10 de la mañana y arribó al Panteón Municipal de Alcozauca a las 4 y media de la tarde, donde se realizó una ceremonia en la que se recordó la lucha legendaria del líder izquierdista. Además se leyó y suscribió el Manifiesto de Alcozauca, en el cual se hace una llamado al gobernador Ángel Aguirre Rivero para que “gobierne apegado estrictamente a los principios y lineamientos de la izquierda que lo llevó al poder”.

Piden a los dirigentes de los partidos de la Coalición de Izquierda que dejen de interesarse sólo en mantener puestos y que se “avoquen a construir un proyecto alternativo viable de una nueva sociedad”. También hicieron un llamado general a impulsar la organización y el fortalecimiento de la conciencia revolucionaria a nivel de cada colonia y cada comunidad para impulsar la movilización social.

Periodico Pueblo Guerrero, 17 de mayo de 2011

domingo, 15 de mayo de 2011

Inauguran exposición fotográfica de Niven en el Museo Regional Guerrero

El Museo Regional de Guerrero, inaugura la exposición titulada William Niven: explorador y aventurero. La muestra se encuentra en la sala de exposiciones temporales del recinto ubicado en la ciudad de Chilpancingo, y en ella se observan fotografías tomadas por el explorador entre 1890 y 1910.

Durante la inauguración la directora del museo, Maura Ortiz Carrasco, agradeció la participación del Instituto Nacional de Antropología e Historia Guerrero, por aportar la exposición temporal que estará hasta el 25 de julio del presente año, y tiene como objetivo difundir las actividades que se realizaban en el estado en los tiempos de la Revolución.

William Niven fue un explorador de origen escocés de múltiples intereses, fue el primer viajero que atravesó la sierra y dejó constancia escrita y fotográfica de ello.

De igual forma hizo una pequeña investigación sobre la minería en el estado, además de la arqueología, la navegación en el Balsas, de lugares costumbres y personas.
Otra de sus grandes aportaciones fue la recaudación de información sobre los estragos del terremoto de 1902 y la Revolución en Guerrero.
El explorador escocés estuvo en Guerrero entre 1890 y 1910, y en esta época dedicó su vida a desarrollar la minería del oro, la construcción de un ferrocarril al interior de la identidad y a demostrar la posibilidad de navegar el río Balsas hasta las costas del Pacífico.

La encargada de diseñar la exposición fue la arqueóloga Rosa María Reyna Robles, quien destacó el cuidadoso registro escrito y sus dotes como dibujante y fotógrafo, que en esta exposición recrea parte de sus trabajos semejantes a los que emprendió William Sprating en 1930.

La muestra esta abierta al público de martes a domingo de 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde y la entrada es gratuita. (Anarsis Pacheco Pólito).


El Sur, 14 de mayo de 2011

lunes, 9 de mayo de 2011

Cuando Guerrero imprimía su propio dinero

RODOLFO VALADEZ LUVIANO

Tecpan, 8 de mayo. “Así como José María Morelos mandó acuñar las primeras monedas del México libre del yugo español, después del inicio de la Revolución mexicana, el estado de Guerrero manejó sus propios billetes”, explicó el coleccionista Trinidad Valadez Tepec al mostrar un billete de 100 pesos del Banco de Guerrero, que circuló entre 1913 y 1914.

El billete forma parte de su colección particular, que incluye otros de diferentes denominaciones hechos por el Banco de México así como los de otros países como Egipto, Nicaragua, Japón, Israel, Argentina, Bolivia, Ecuador, Colombia, entre otros.

En entrevista para La Jornada Guerrero, el también médico especialista en otoneurología y audiofoniatría, contó que el billete, que fue hecho después del inicio de la Revolución mexicana en 1910, le fue obsequiado por su tía, Julia Astudillo, “ella tenía un bar en la Costera de Acapulco. En ese negocio llegaban muchos turistas y viajeros, y aunque actualmente el billete tiene una inscripción que indica que está revalidado, mi tía asegura que circuló en aquellos años por la entidad y parte del país”.

De acuerdo con sus investigaciones, el billete, que tiene inscrito al frente y al reverso Banco de Guerrero, fue hecho por el Banco de Norteamérica para el gobierno del estado a principio del siglo pasado, “y existen otros de otras denominaciones, los cuales pude conocer cuando visité el Museo de la Casa de Cortés, en Cuernavaca donde están expuestos”.

Mostró también monedas de baja denominación y un billete, que según dijo, fueron hechos por la misma casa de moneda para el gobierno de Sonora, “éstas me las regaló mi suegro, Francisco Moroyoqui, e irónicamente, según lo que he averiguado, en aquella época, después del inicio de la Revolución, un billete de 25 centavos de Sonora tenía más valor que el de 100 pesos de los de Guerrero”.

“Así como José María Morelos mandó acuñar las primeras monedas del México libre del yugo español, las cuales se hicieron en la primera provincia libre de América Latina, la de nuestra señora de Guadalupe de Tecpan, después del inicio de la Revolución el estado manejó también sus propios billetes, lo que demuestra la importancia política que el estado tuvo durante las gestas heroicas que nos dieron libertad”, consideró el aficionado a la numismática.

Según la información que ofrece el Banco de México en su página de Internet, la Revolución de 1910 llevó al país a la escasez de numerario y el descrédito del billete de banco. Con la lucha armada se retiraron de la circulación enormes cantidades de monedas y resurgió el rechazo al papel cambiario.

No obstante, la falta de numerario obligó a autoridades municipales, a jefaturas militares y a comerciantes, mineros y hacendados a emitir piezas de necesidad. De tal forma que de 1913 a 1915 reapareció en México la moneda de ese tipo, pero sobre todo se multiplicaron las emisiones de papel. El primero en circular esas piezas fue Venustiano Carranza, quien a su vez autorizó a numerosos jefes revolucionarios la fabricación de sus propios billetes, vales y cartones para allegarse fondos.

Valadez Tepec agregó que además del billete tuvo en su poder una moneda acuñada en la comunidad de Nuxco, en este municipio, “que fue hecha, según recuerdo, antes de la Revolución, y digo recuerdo porque desafortunadamente la perdí”.

La Jornada Guerrero, 09 de mayo de 2011

miércoles, 4 de mayo de 2011

Guerrerense, la primera mujer que retrató la Revolución Mexicana: Samuel Villela

Yanireth Israde / Agencia Reforma

Ciudad de México

A Sara Castrejón no la espantaban los hombres que cargaban fusiles. Mientras la mayoría de las mujeres huía de los soldados, ella aguardaba serena para que la llevaran al paredón de fusilamiento: era la única fotógrafa de Teloloapan, Guerrero, la única también que acudía de madrugada al cementerio del pueblo para disparar junto con la tropa, ella su cámara, ellos sus armas de fuego sobre el enemigo.
Fue la primera que retrató la Revolución Mexicana, revelan las investigaciones del etnólogo Samuel Villela, autor del libro Sara Castrejón. Fotógrafa de la Revolución, que se presentó ayer, a las 19:30 horas, en el Centro de la Imagen.

Hasta ahora se pensaba que la estadunidense Esther Eva Strauss, con sus imágenes sobre la batalla de Ciudad Juárez en mayo de 1911, era la precursora, “pero ahora descubrimos que Castrejón se adelantó”, enfatizó Villela.

Desde el balcón de su estudio en la céntrica calle de Iturbide, la fotógrafa de Guerrero capturó en abril de ese mismo año el ingreso de tropas de Madero a Teloloapan, población de Guerrero considerada como la entrada a la Tierra Caliente. “Por ahí”, recordó Villela, “pasaba todo el mundo: maderistas, salgadistas, carrancistas, huertistas, pronunciados, federales...”.
Castrejón, nacida en 1888, estudió en la escuela de niñas y aprendió, como otras mujeres de su época, a preparar postres, pan y licores. Supo además bordar, pintar óleos y elaborar artesanías que su familia comercializaba. Pero se propuso incursionar también en un oficio de varones, la fotografía, que estudió en la ciudad de México durante los primeros años del siglo 20.

El censo de 1910 informaba que 14 mujeres trabajaban como fotógrafas profesionales en México. Y sólo la obra de Castrejón perduró.

Pero incluso de ella se conserva apenas una parte. No queda rastro de sus cámaras, sus negativos o sus bitácoras de trabajo, una cuestión que Villela atribuye al hecho de que no tuvo descendencia y la casa que habitó quedó en el abandono y fue saqueada.
Villela, quien descubrió por casualidad la producción de la fotógrafa, calcula que tomó unas 2 mil o 3 mil imágenes del movimiento armado, sin contar el resto de sus fotos, por ejemplo paisajes, edificaciones, escenas y lugares emblemáticos de Teloloapan o retratos.

El investigador ha podido conocer apenas 500, de las cuales alrededor de 150 aparecen en el libro publicado por el INAH.

Para armar la semblanza de esta pionera, el etnólogo incorporó testimonios de sus familiares, que la recuerdan como una mujer de recio carácter que nunca se casó.
Cuenta Villela que sus sobrinas le preguntaban si no le daba miedo fotografiar los fusilamientos en el camposanto, ella respondía que no, para eso la estaban contratando.

“Sabemos que cuando iban por ella para fotografiar estos fusilamientos, todas las demás mujeres corrían a esconderse”.

Las fotografías de Castrejón abarcaron toda la década convulsa y continuaron hasta los años 50, en un registro que abarcó diversos sucesos, por ejemplo el hallazgo en Ixcateopan, a finales de los años 40, de unos restos óseos que entonces se atribuyeron al emperador Cuauhtémoc. También retrató las obras públicas en Teloloapan, la visita de gobernadores –por ejemplo Lázaro Cárdenas– festividades religiosas o celebraciones de su pueblo.

Si algo se mantuvo constante durante su prolongado idilio con la fotografía fue su predilección por los detalles, observó Villela.

“Hay muchas fotos donde se advierte esta mirada femenina, una mirada cuidada, sutil, que nos indica otra perspectiva”.

Quizá su condición de género le permitió reconocer y capturar el gesto de extrañeza de un sentenciado a muerte como Teódulo Cisneros o asomó también en la forma de decorar los ambientes, profuso en ocasiones o flores, o al retratar a combatientes con sus hijos y consortes.

Ha pasado exactamente un siglo desde que Castrejón tomó su primera foto de la Revolución y apenas ahora comienza a valorarse su legado. ¿Cuántas Saras Castrejón no habrá en México?
“No lo sabemos. Ojalá con este libro puedan aflorar más Saras Castrejón”, confióVillela.

Abono para la “historia matria”

El reconocimiento de un personaje como la fotógrafa Sara Castrejón permite recuperar la “historia matria”, dijo la investigadora Rebeca Monroy en la presentación del volumen escrito por Samuel Villela.
Esta “historia matria”, por la que aboga el autor del libro, se opone a la historia patria, oficial, congelada y maniquea, agregó.
Rebeca Monroy fue una de las presentadores de la obra, que también comentaron ayer el investigador John Mraz y el historiador Jesús Guzmán.

El Sur, 04 de mayo de 2011

lunes, 2 de mayo de 2011

Guerrero, hijo pródigo del gobierno federal: Brito

Reivindica el poeta a Cabañas y Vázquez

Guerrero, hijo pródigo del gobierno federal: Brito
RODOLFO VALADEZ LUVIANO (Corresponsalía)

Tecpan, 1º de mayo. “Guerrero se convirtió en el hijo pródigo del gobierno federal, ya que al centralismo jamás le va a gustar un acto libertario como en los que han formado parte los guerrerenses en busca de igualdad y justicia, por eso se encuentra en los últimos lugares del desarrollo”, afirmó el escritor y poeta, Gonzalo Brito Cuevas.

“Cuando un hijo se inconforma por algo que no le parece, los padres generalmente en vez de preguntarle porqué tiene esa actitud por lo general lo recriminan porque se manifiesta, sin ponerse a pensar en las razones por las que expresa dicha molestia”, asentó.

La entidad, considero, es un estado totalmente generoso en cuanto a ofertar sangre para las causas y en pro de un cambio y de que haya más democracia, igualdad y de que al pobre se le ayude y llegue a tener un nivel de vida que le permita mantener y educar a sus hijos, “y podemos decir que no hay ni habrá más gente generosa para ofertar su sangre por un cambio que la del estado de Guerrero y por eso es que se ganó ese estatus de hijo pródigo”, puntualizó.

En entrevista para La Jornada Guerrero, Brito Cuevas, quien participó como ponente en el segundo encuentro estatal de cronistas en Atoyac con el tema El Movimiento Guerrillero Guerrerense, aseveró que actualmente son necesarios personajes como los guerrilleros, Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas “ya que la criminalidad del pueblo mexicano ha rebasado totalmente a todas las instituciones del país y creo que en este momento hay las condiciones para que, en caso de que pudieran resucitar luchadores como, Lucio Cabañas, Carmelo Cortés, Pedro Holguera, Inocencio Castro Arteaga, se dé una lucha en busca de lograr que México sea de los mexicanos”.

Al hablar sobre ese tema, el fundador de la Juventud Comunista de Guerrero guardó silencio por varios segundos, y dijo “yo conocí de cerca a Lucio (Cabañas), era un hombre muy serio que pensaba y analizaba cada palabra antes de decirlas, enamorado del pueblo mexicano que luchó en contra de la injusticia desde que fue estudiante en la Normal de Ayotzinapa y que se entregó a buscar un cambio para el pueblo mexicano con una ideología que ninguna bolsa llena de dinero podía cambiar”.

–De acuerdo a su opinión, ¿qué le hace falta a Guerrero para salir del atraso?

–Solamente justicia social. No ha llegado la justicia a los pueblos que la necesitan “basta ver las condiciones de vida de la gente de Metlatonoc o Cochoapa el Grande, para darnos cuenta de la miseria tan grande que hay en esos pueblos y en contraste tenemos gobernantes corruptos que lo que más les preocupa es robarse los techos financieros que les llegan año con año. Necesitamos políticos decentes que se conviertan en verdaderos servidores del pueblo y no que se sirvan de el para enriquecerse “y lo digo con todo respeto, todos los políticos de cualquier partido que sea actúan completamente igual”.

La Jornada Guerrero, 02 de mayo de 2011